Premio Nobel y racionalidad financiera

Magallanes 

El Premio Nobel de Economía se distribuyó este año entre tres economistas académicos estadounidenses. Tienen en común que intentan analizar los factores que explican el comportamiento de la bolsa o de los mercados financieros en general. Así como en La Edad Media los alquimistas intentaban infructuosamente buscar como convertir en oro materiales más corrientes, también hoy en día conseguir predecir el comportamiento de la bolsa podría hacer rico al que lo supiese. De ahí el interés del mundo no académico en adentrarse en estos últimos análisis. Por ello, estos tres laureados han sido entrevistados profusamente. Hago un resumen de sus colaboraciones.

El profesor de la Universidad de Yale Robert Shiller, pone el énfasis en los factores irracionales que dominan las decisiones humanas de comprar o vender en la bolsa y que tienen como consecuencia las burbujas y hundimiento de los precios de los activos. Por el contrario, Eugene Fama, de la Universidad de Chicago, defiende que se puede explicar el comportamiento de la bolsa bastante bien mediante modelos racionales, por lo que no tiene sentido considerarlo como irracional. Finalmente el profesor Lars Peter Hansen, también de Chicago, se niega a tildar su análisis de racional o irracional. El suyo es un método estadístico que te permite explicar aisladamente el comportamiento de un componente, sin necesidad de intentar explicar todos los componentes. No puede explicarse la totalidad del comportamiento de la bolsa, pero si puede analizarse un componente de dicho comportamiento. Su método se ha utilizado con éxito en otros campos de las ciencias sociales.

Shiller sigue el pensamiento de Keynes que, después de jugar en la bolsa para conseguir fondos para financiar el Colegio Mayor del que era  tesorero, escribió en La Teoría General que los inversores en general y los que jugaban en la bolsa en particular,  se guiaban por “animal spirits” es decir, por apuestas basadas en su optimismo o pesimismo mas que en cálculos matemáticos de rentabilidad. Fama, en cambio, sigue la tradición más propia de La Escuela de Chicago de que los agentes económicos actúan solamente de forma racional. Se han elaborado cientos de modelos econométricos en las últimas décadas tratando de explicar las fluctuaciones de precios en la bolsa basados en este principio. Todos conseguían explicar pequeños movimientos de las cotizaciones, pero a todos les tocó su desprestigio en algún movimiento de más envergadura.

Hansen puede catalogarse en cierto modo como defensor de una postura intermedia. Es de la escuela de Sargent y Sims, a los que se les concedió el Nobel hace dos años. Estos crearon la Teoría de las Expectativas Racionales, que supuso un salto adelante  en La Teoría Económica. Hansen afirma que sus modelos económicos intentan explicar el comportamiento de agentes económicos racionales que toman decisiones tratando de superar la incertidumbre del mercado. En medio de esa incertidumbre, sus decisiones pueden ser consideradas como irracionales. Ahora bien, hay que intentar definir que es irracional, ya que si nos quedamos con la idea de que algo que llamamos irracional domina el mercado no podemos avanzar en su comprensión. Otro término que pone en cuestión es el de “riesgo sistémico”. Se ha usado para explicar la recesión actual y la dificultad de salir de ella, pero opina que nadie sabe definir este término correctamente.

Lo que está claro es que la suposición de que  los agentes actúan por motivos racionales no casa con la total debacle en que el sistema bancario estadounidense cayó en 2008, a no ser que consideremos que ser racional es sencillamente buscar el máximo beneficio a corto plazo, aunque a medio plazo te hundas.  Pero claro, reconocer que la irracionalidad domina los mercados financieros equivale a exigir su supervisión y reglamentación, algo que cuesta admitir a los liberales a ultranza.

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Acerca de Magallanes

Soy Economista por la Universidad Complutense de Madrid desde 1965. Posteriormente obtuve el título de M.A. por la Universidad de Rutgers de Nueva Jersey en 1970. A mi vuelta a España fuí profesor de Teoría macroeconómica en la Univ. Autónoma de Madrid durante 3 años. Posteriormente ingresé en el Servicio de Estudios del Banco de España hasta mi jubilación.

4 comentarios en “Premio Nobel y racionalidad financiera

  1. Gracias, Magallanes, por la explicación razonada sobre la aportación de los tres premiados. Dejo la (posible) controversia a los economistas y demás científicos sociales del blog.

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    El pasado día 13, escribía sobre el frustrado intento de acuerdo de Obama con Irán y a propósito de cierto editorial del NYT.
    https://www.debatecallejero.com/de-histericos-y-de-mentirosos/

    Magallanes comentó entonces:

    “…Barañaín habla de unas conversaciones secretas entre EEUU e Iran y que cuando Netanyahu se enteró – se las habían silenciado- montó en cólera. En ninguna parte oí que EEUU quería ocultar este entendimiento con Iran. Pero, una cosa es que hayan habido reuniones previas para ponerse de acuerdo en algunas cosas y otra es que quisieran engañar a los 5+1 y a Israel y Arabia Saudita. Esto no tiene sentido. ¿O es que iba a haber 2 acuerdos, uno secreto y otro para los tontos 5+1?…”

    Pero yo no había hablado de engaño en el sentido que le dio Magallanes sino del tramposo intento de Obama de presentar ante sus socios y aliados el hecho consumado de un acuerdo cerrado bilateralmente (y secretamente) con el fascismo teocrático de Teherán. Acuerdo que ya ultimado sería dificilmente combatible desde la diplomacia (y al que, siendo ya un hecho consumado, dificilmente podría objetar Israel, obligado a la mera pataleta, tras un largo apaciguamiento y engaño por parte de la administración de Obama respecto a los planes nucleares iraníes).

    Hoy, Lluis Bassets [que no es precisamente santo de mi devoción] escribe sobre “El fantasma del Elíseo” y, en un alarde de sinceridad, cuenta:

    “…Sucedió en Ginebra, hace poco más de diez días, en las negociaciones del llamado Grupo 5+1 (los cinco países con silla permanente en el Consejo de Seguridad, además de Alemania) con Irán para el control del programa nuclear de este último país. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, acudió precipitadamente a la reunión cuando se enteró de que John Kerry, el secretario de Estado de EE UU, iba a cambiar su agenda de la gira por Oriente Próximo para ir a Ginebra con el propósito de cerrar un primer acuerdo con Irán. Con un objetivo: evitar que culminara la negociación bilateral entre Washington y Teherán sin que se hubiera informado a los otros socios….”

    http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/20/actualidad/1384968654_367874.html

    Los tres últimos párrafos del artículo sobre ese “fantasma” tienen ya menos interés que ese que he reproducido y el siguiente (con un escueto y acertado resumen de lo que está en juego en las negociaciones de Ginebra con Irán). Menos interés, digo, por lo muy manida que es la interpretación sobre las tentaciones de “grandeur” de Francia, porque se basa en sus prejuicios (por ej. eso de las ventas francesas de armas a Arabia Saudí –como posible explicación de la actitud de Hollande-, como si eso tuviera más peso comercial que el interés de otros en normalizar su relación con el mercado persa) y porque, puestos a identificar “fantasmas” no hay ahora en la escena internacional ningún candidato mejor que Obama.

  2. Muy interesante. No entiendo cómo le dan el Nobel a tres que defienden lo uno, lo otro y ninguno de los anteriores, pero supongo que todos son muy buenos y trabajan mucho y que, en realidad, nadie tiene ni idea de cuánto hay realmente de racional e irracional en los vaivenes de la bolsa y mercados en general. Desde luego, lo que está claro es que ni la información es perfecta o fluye perfectamente, ni el mercado es libre, pero no por la regulación sino por la cantidad de tramposos que están en él, desde a los que se basan información confidencial («insider trading») a los bancos que directamente manipulan el Libor y el Euroibor como les conviene, o los grandes fondos de inversión que se sientan para acordar entrar todos a saco a favor o en contra de un valor concreto, por poner sólo tres ejemplos.
    La supervisión y la regulación es una necesidad indispensable para que el mercado al menos se parezca a lo que debería ser. Los que no la quieren, generalmente, salen ganando con su ausencia o debilidad.

  3. Un dia de estos me voy a sentar a desmontar las tesis de Barañain sobre Irán, las negociaciones y la supuesta debilidad de Obama – Kerry al respecto, que sólo sostiene Netanyahu y una cada vez más pequeña parte de la opinión pública israelí, toda ella de derecha o derecha extrema y, si se les preguntara, contraria al PSC. Pero este hombre es así de contradictorio… 🙂

  4. Parece ser que Kerry en sus prisas por llegar a un acuerdo, quiso darles a Inglaterra, Francia y Alemania todo digerido para que no pusieran peros. Fabius se rebeló. Exigió que Irán acabara con un depósito de agua pesada y añadir algunas cláusulas mas exigentes.
    Como yo no estaba enterado, por lógica, me pareció absurdo que Kerry intentara cortocircuitar a sus 3 aliados. Obviamente a Rusia y China les importaba un comino que se llegase a un acuerdo flojillo.
    Barañaín cree que Kerry es exclusivamente un representante de Obama. Tiene una gran auotonomía. No olvidemos que gracias a él se llegó a un acuerdo con Rusia para que Siria consintiese en destruir su arsenal de armas químicas. Previamente llegó a un acuerdo con el presidente Karsai de Afganistán para el desarrollo del periódo posterior a la retirada de las tropas de EEUU. Ha estado conversando con Netanyahu 7 horas. Es un ciclón, que no acepta que conseguir la paz entre Israel y Palestina es irresoluble ni que Irán pueda dejar su postura militante anti-occidental. Y no es un jovencito desconocedor del las muchas décadas en que se han ido larvando estas situaciones. No deja de ser impresionante como ha separado la negociación con Irán en 2 etapas: la primera es que Irán acepte dejar de seguir enriqueciendo uranio y aceptar una inspección rigurosa del cumplimiento. A cambio se suavizarían las sanciones, pero solo unas pocas. Después empezarían las conversaciones mas tranquilamente para «convencer» a Irán que tiene que renunciar totalmente a obtener la bomba atómica, pero con las sanciones principales en vigor. Irán tiene mucha inflación y solo consigue exportar un 40% de su producción petrolera. Quizas la segunda etapa no se consiga, pero la firma del acuerdo de la primera etapa, podría ayudar a que los pro-occidentales de Iran ganen posiciones en el gobierno de Irán. Los republicanos de EEUU, el gobierno de Netanyahu, Arabía saudita y otros estados del golfo se niegan a estas concesiones. Pero no creo que Inglaterra, Francia y Alemania tengan una base sólida para no intentar el liderazgo de Kerry. Las conversaciones se han reanudado. Veremos si es posible un acuerdo.

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