Lluis Camprubí
Como posicionamiento general y punto de partida sobre la invasión rusa y su guerra de agresión sobre Ucrania comparto el comunicado de Catalunya en Comú emitido el pasado 24 de febrero. Esta agresión militar a gran escala en Europa nos pide repensar viejas certezas e inercias mentales, en particular sobre las cuestiones de apoyo militar, de las sanciones y la seguridad colectiva.
Es un ataque que está provocando cambios a una velocidad de vértigo, también en la UE en el ámbito militar como relata esta crónica y poniendo sobre la mesa aquella necesidad aplazada de ponernos a construir la pata de la de defensa para una UE geopolítica. Siendo obvio que no ponemos exponernos a una confrontación directa militar con Rusia (porqué es más que posible que de guerra convencional se pasara a guerra nuclear) sí que debemos hacer todos los esfuerzos para que Ucrania pueda disponer de las armas que necesite para defenderse y resistir. Si el gobierno y el pueblo ucraniano están dispuestos a seguir con su defensa militar y resistencia armada a la invasión (es su decisión) es nuestra obligación ética y política apoyarles, también con el material militar (y acompañamiento en inteligencia y apoyo cibernético) que nos soliciten. Esto, con una guerra de agresión tan unilateral y con una responsabilidad tan clara, no debería requerir demasiado debate al respecto.
Donde también hemos observado cambios que parecían imposibles hace una semana es en las sanciones económicas. Son necesarias para castigar el esfuerzo bélico ruso, para proteger el derecho internacional sin entrar en un conflicto nuclear, para sancionar a oligarcas y colaboradores con la decisión, y para ayudar al pueblo ruso a hacer cambiar la posición de su gobierno (y a su gobierno si es necesario). Algunas como el bloqueo selectivo a SWIFT o el congelamiento de activos de su banco central son especialmente intensas. Me gustaría compartir los siguientes links para profundizar en todas ellas: éste de Adam Tooze y éste de Shahin Vallée
Y finalmente una derivada sobre la seguridad colectiva europea y la OTAN. Aunque haya gente que tenga el reflejo anti-otan inmodificado desde la guerra fría es importante constatar que ésta no tiene ninguna responsabilidad en esta agresión militar. De hecho, desde nuestra comodidad, deberíamos empezar a entender que muchos países del Este (que tenían intuiciones más certeras sobre el imperialismo ruso que muchos que habitamos en la “Europa occidental”) han ingresado o solicitado su ingreso precisamente como protección para no ser atacados por el régimen ruso. Este ataque ha roto la arquitectura de seguridad europea y todos los enfoques neutralistas y estamos viendo como muchos de aquellos países que habían encontrado el equilibrio y la estabilidad en la neutralidad, están decantándose hacia la protección de la OTAN. La OTAN saldrá fortalecida de este momento. Esto es descriptivo, no es ninguna expresión de deseo. La cuestión para los europeístas que queremos la autonomía estratégica sigue siendo si nos ponemos a construir en serio la UE de la defensa (asumiendo que ahora no hay una alternativa viable en el corto plazo a la OTAN) para que no toda la seguridad colectiva europea quede en las próximas décadas bajo ese paraguas.
Qué gozada leer a uno de IU o similar afirmando evidencias que deberían serlo también para la izquierda. Hay esperanza, gracias.
Amén a todo .
Totalmente de acuerdo con el articulista.