Carlos Hidalgo
Escribió Manuel Jabois que los gallegos no responden con preguntas para marear la perdiz, sino para fastidiar (“para joder” escribió él). Hoy no he podido evitar acordarme de ello cuando he visto a Rajoy, con su pachorra habitual, en la comisión de investigación del Congreso sobre la llamada “operación Kitchen”. Para quien no recuerde qué fue eso, se trata del supuesto uso de medios policiales para destruir pruebas del “caso Gürtel”. Para quien no recuerde qué es el “caso Gürtel”, se trata de una trama de financiación ilegal y de sobornos del Partido Popular, por las cuales ya acumula unas cuantas sentencias en contra, y que todavía se está juzgando en los tribunales.
Pues el caso es que Rajoy fue al Congreso voluntariamente, calmado y rocoso, como le recordábamos. Y negó todo, claro. Decía el desaparecido psiquiatra, escritor y líder del PSOE en la clandestinidad, Luis Martín-Santos, que para no derrumbarse en un interrogatorio, incluso en el que se emplease tortura, había que negar todo. Hasta lo evidente.
Y Rajoy, que afortunadamente no ha sido torturado, ha estado varias horas negando lo evidente, sacando de quicio a los diputados y diputadas que le interrogaban. Por negar, ha negado todo lo que los jueces han considerado hechos probados en Gürtel y que está abundantemente documentado. Y si no se dedicaba a negar lo evidente, jugaba a enredar todo, fingiendo no entender lo que se le preguntaba. Respondiendo con preguntas, tal vez para hacer lo que decía Manuel Jabois: por joder.
Los diputados a los que más les gusta exhibirse en estas cosas, como el vanidoso Gabriel Rufián, se han ido frustrados. Porque una cosa es saber hacer preguntas para salir en la tele y otra romper la defensa de un sospechoso en un interrogatorio y enfrentarle a sus contradicciones. Ha habido un momento especialmente surrealista -dentro del surrealismo reinante- en el que a mí se me escapaba la risa. El diálogo ha sido tal que así:
-¿Ha sido usted presidente, señor Rajoy?
-Pues no lo sé, ¿usted qué diría, señor Rufián?
Rajoy, que salió con deshonor en una moción de censura provocada por la acumulación de casos de corrupción, se ha desquitado riéndose en la cara de los diputados que le desalojaron de la presidencia del Gobierno.
Diputados que, por otro lado, han estado terriblemente flojos. Algunos tenían más preparada su pose para la tele que el contenido de su intervención. Y otros… bueno, otros son simplemente el producto del sistema que les puso en las listas electorales.
Especialmente irritante ha sido el turno de preguntas de la diputada “popular” Cuca Gamarra, que ha dedicado sus quince minutos a leer una loa a Rajoy con el mismo tono monótono que las peores lecturas de los evangelios en las más aburrida de las misas.
Y el resto se dedicaron a intentar hacerse los listos, cuando no es esa la manera de poner nervioso a Rajoy, al que no le importa hacerse el tonto. Y tanto se lo hizo que negó despachar con ministros de su gobierno, negó conocer a colaboradores cercanos suyos y hasta casi negó conocer a María Dolores de Cospedal, que era su mano derecha cuando Villarejo y su panda en el Ministerio del Interior accedieron a espiar y a robar a Luis Bárcenas, el ex tesorero del PP que tenía en su mano hacer caer al partido. Algo que, por lo que fuera, no terminó de pasar. No sólo por los hechos juzgados en Kitchen, sino porque se perdieron pruebas, gente perdió la memoria o se murió y jueces estimaron que el que pusiera “M. Rajoy” en la contabilidad del dinero negro del PP no demostraba que se refiriera a Mariano Rajoy.
Y Rajoy eso lo sabe tan bien y con tanta seguridad como empeño puso en hacerse el tonto y en responder con preguntas. No para perder tiempo, sino para joder. ¿Usted qué cree?
Pues lo obvio , que nuestro sistema no es anglosajón y que estas comisiones son una patochada y cada vez se asemejan más al clásico “ Duelo en OK Corral ”.
Admitiendo esto , Rufián hace honor a su apellido y es una estupidez pretender imitar a las grandes películas americanas , los procesos de Moscú , o incluso a los juicios de encantadores togados ingleses con pelucas llenas de tirabuzones manejando una espléndida y disciplinada retórica .
Y como el género que nos identifica es el sainete y los personajes intercambiables de Polichinela y Arlequín son patéticos , el bueno de Sicilia dio la puntilla con esa seriedad cerúlea preguntando por el Sr. X de esta trama siguiendo instrucciones de la superioridad sin ningún éxito, a pesar de ser un policía , profesional donde los haya desde luego y obediente como corresponde .
Una forma como otras de pasar el tiempo para entretener a la galería , consumiendo recursos y dándose la vida padre .
Pero qué cosas tiene Sr. Hidalgo con estas pullitas y cuchufletas , a mayor gloria del Jack Palance del Congreso en una de sus mejores interpretaciones de la temporada , fingiéndose justiciero sin acertar a dar pie con bolo con las fechas y los hechos a los pies ( literalmente ) de un Rajoy divertido en majestad.
Ah , sí , la Kitchen es un asunto serio y además con un cura incluido , lo que le convierte en un vodevil ; es más , creo que el PP de Rajoy es culpable , también el Tribunal de Cuentas , y en general bastantes de aquellos que tuvieron trato con este otro personaje que se vende en un pack de “ La tienda del espía ” ( juro que es cierto ) – como la Fiscala Generala de la Estada o Rubalcaba , del que recibió una condecoración – .
En fin , la tierra que nos vio nacer , llanto y risas a tutiplén.
Pues a mí me ha parecido pero que muy bien traído. Y coincido en que es absolutamente escandaloso que se quiten de encima el muerto como si nada.
Leyéndolo he pensado en el «diuen, diuen, diuen».
Hay quien dice que estás comisiones no sirven para nada, pues por lo menos sirven para hablar de ellos y ponernos un espejo como sociedad o como país y que cada uno saque sus conclusiones.