Carlos Hidalgo
Ayer se celebró el Día del Periodista. Y eso siempre hace que uno se pare a reflexionar un poco sobre el estado de la profesión. Lo primero que pienso es que es una profesión en la que es cada vez más difícil jubilarse. La precariedad, los bajos sueldos, la delicada situación económica de muchos medios y los ERE aplicados de cualquier manera por una consultora que no sabe nada del sector, hacen que todos los periodistas se sientan absolutamente prescindibles e inempleables en cualquier otro sector.
También hay un tapón generacional, donde algunas vacas sagradas del oficio ocupan sillas bien pasada la edad de la jubilación y cobrando el equivalente al sueldo anual de ocho o diez redactores rasos. Sigue leyendo