Carlos Hidalgo
Imaginad esto: imaginad que no tuvierais trabajo, ni casa al principio de la crisis de la Covid 19, cuando empieza el confinamiento en marzo. Si durante el confinamiento no pudiste conseguir trabajo, después tampoco parece mucho más probable. Así, estás condenado o condenada a sobrevivir con el paro. El paro, por lo general, oscila entre 800 y 1070 euros. Y no es eterno. Mucha gente ha agotado el paro durante la pandemia, así que podemos pensar en la cantidad de gente sin ingresos que se suman, mes a mes, a las frías estadísticas.
Es verdad que ahora está el ingreso mínimo vital. Pero está tardando en ser concedido y muchas autonomías lo usan para no pagar sus propias rentas de inserción. En cualquier caso, por lo general, son cantidades muy inferiores a los 800 o los 900 euros, por lo que no ayudan a vivir.
Sin paro, por supuesto, no hay casa. Imposible alquilar y más imposible aún comprar. El disfuncional mercado del alquiler dista mucho de comportarse como un mercado. Por explicarlo mejor: los portales inmobiliarios, los únicos que hacen estudios al respecto, dicen que el precio de la vivienda de alquiler ha subido en España un 52% de media en los últimos 5 años. No estamos hablando de Madrid, Barcelona y San Sebastián, las tres ciudades tradicionalmente más caras de España. Estamos hablando de toda España. Un 52% de subida media.
El salario más común, sin embargo, ha bajado en el mismo periodo de tiempo. En 2015 el salario más común era de 1.178 euros mensuales. Ahora es de 1.079 euros. Esto es, un 8,4% menos. Y sin tener en cuenta lo que nos pueda decir la última EPA del año, que posiblemente refleje un descenso mayor.
En el mercado del alquiler, sin embargo, la crisis no ha influido de manera sustancial en los precios, que tras subir un 52%, recordemos, ahora han bajado -siempre según los portales inmobiliarios- entre un 0,3% y un 0,4%. Una falta de variación de los precios notable, sobre todo si tenemos en cuenta que la parálisis del alquiler vacacional ha sacado a un montón de viviendas al mercado del alquiler residencial. Entre un 51% y un 54%. La demanda no ha bajado, tampoco ha subido sustancialmente y los precios siguen inalterables. Bueno, con bajadas de un euro, más o menos. Lo que sí que ha subido es el porcentaje de personas que afirman buscar casa de compra o alquiler y que no pueden hacerlo debido a sus circunstancias económicas.
El escaso poder adquisitivo de los españoles, que ya era un problema antes de la Covid, por rebajar la demanda interna, se ha agravado y el IPC baja en lugar de subir, lo que no es bueno. Tampoco eran buenas las anémicas subidas del IPC anteriores a la crisis.
Así, mientras las condiciones de vida de las personas cotizan hacia la baja o están petrificadas a la espera de que acabe la pandemia, los plazos de los bancos, las hipotecas, los recibos y los préstamos se siguen cobrando puntualmente. Pero la gente cada es menos capaz de poder hacer frente a una visita al dentista, a reparar una avería del coche o ponerse gafas nuevas. Incluso, en muchos casos, es incapaz de poder renovar calzado y vestuario. Un problema que se agrava en el caso de tener a niños en la familia.
El caso es que he puesto la tele antes y sólo se hablaba de qué partido dice que el otro ataca más a la Constitución, de Bildu, de Vox y de un señor que atracó un banco y ha ganado unas primarias.
El Hidalgo este está que lo tira. Que lo tira todo por demoledor. Mierda de opinión publicada. No es verdad que a la gente no le importe lo importante. Además, se puede vender de manera sensacionalista también.