Arthur Mulligan
Faltaban los confetis y los dulces como suele suceder hacia el final de curso, ese momento de toques melancólicos y relajación de la disciplina que inaugura momentos de auténtica fraternidad en la comunidad académica y parlamentaria, todos pensando en vacaciones, en desaparecer del radar de la prensa inquisitorial, en dejar de verse obligados a gesticular en público en los variados registros que sacian esa impertinente ficción de trasparencia pero que en días como el que nos ocupa – el del venerable y huidizo Debate sobre el estado de la Nación – puede desenvolverse en un ambiente distendido por estar los proyectos y conclusiones mas o menos acordados por los mayores para excitación de los palmeros con escaño propio.
Hasta la presidenta Meritxell Batet abandonaba la pose de señorita Rottenmeyer y sonreía a la corajuda Cuca Gamarra.
Día grande de rosquillas y galas para atender el paquetón de folios -estilo fotocopiadora-que portaba el Presidente con un discurso redactado en el complejo de la Moncloa en un estilo gris solemne, para leerlo con la parsimonia de un Patxi Lopez soporífero; un discurso de aparatchik mata pasiones y tumba lobos.
Pedro apretó sus mandíbulas y arrancó sin confianza, no tanto por la dudosa calidad del discurso sino por no encontrar el relumbrón de la cumbre OTAN, ese escenario entre Meninas e Hilanderas velazqueñas y sonrisas cómplices de ministras de defensa del Walhalla, de un rubio aterciopelado sin teñir que ya hablarían de sus cosas con Margarita en las sesiones maratonianas del IFEMA a las que gustosamente habría invitado al alcalde para que sufra.
Frente aquellos momentos de gloria ¿que tenía enfrente?, solo la desagradable dureza de rostros esculpidos con herramientas de un astillero de resentimientos, a los que su pobre patrimonio de votos arrastró en su huida hacia adelante. Ahí estaban ellas, enloquecidas por la excitación de los próximos tributos que debieran de caer por ese pacto inelegante que suscribió cegado por la velocidad de su ascenso; un esprit de tricoteuse de la place de Vendôme.
Acepto vuestro dolor -se dijo – y a punto estuvo de confesar la orden que había dado en Moncloa: «¡quiero todos los termostatos a 25 °C!», pero para entonces, el principio de realidad se había pegado a su piel.
Por momentos parecía que no se había leído el troncho, párrafos enteros que temblaban en su voz “¿pero qué demonios han querido decir? mis instrucciones fueron claras: empatía, sencillez, yo soy la voz de la gente, soy igual que ellos, de hecho, soy ellos y esta angustia me hace sufrir, de modo que el discurso debería terminar en la belleza clásica de la arquitectura, como una traca creciente con medidas auténticas contra los poderes ocultos, los cuales parece que están en casa.”
“Yo he venido a gastar principalmente, pero a gastar para vosotros; tampoco para gastar en armas como dije el otro día llevado por el entusiasmo de los fastos; qué me importa la crisis en la frontera sur europea si los trabajadores medios o la clase media trabajadora no pueden llenar los frigoríficos de alimentos, los depósitos de combustible o encender los aparatos de frío/calor. A ver, que me lo digan ”. Pues eso.
Pero no lo dijo; tampoco habló del creciente protagonismo de Bildu, del daño moral que asumía porque serán lo que sean, pero tienen todo el derecho del mundo a reivindicar sus batallas por muy dolorosas que sean para los demás. ¿Qué problema hay? Ya han explicado lo mucho que sienten el dolor causado. ¿No es democrática la memoria, sabiendo como sabemos que cada uno tiene la suya? Pues entonces.
“¿Quieren planes de contingencia en caso de racionamiento de energía, o medidas de choque para bajar los precios? Que lo digan, porque a mí no se me ocurre ninguna y las que se nos han ocurrido aumentan la inflación pero menos que si no hubiésemos hecho nada.”
Poco a poco se iban poniendo rígidas las mandíbulas y le costaba armar algún tipo de estructura coherente.
En fin, para no cansarles, por fin lanzó la bomba: «les anuncio que como no puedo obtener nada por la derecha y menos en el centro, ocuparé desde hoy el espacio de la izquierda y voy a dar un giro: voy a crujir a impuestos a las energéticas y a los bancos por los beneficios caídos del cielo, también llamados extraordinarios».
Entonces los diputados y diputadas entraron en trance abrazándose, aplaudiendo, relamiéndose con el último renacimiento de la izquierda y prácticamente todos se sintieron ganadores. En primer lugar porque conectaban con la moda del culto a la emoción, a la sentimentalidad. Si Felipe González acompañaba a un monje que cuidaba de sus bonsáis, y Yolanda Díaz viajaba en Falcón para ver a Su Santidad Francisco; si el ministro de consumo meditaba para todos sobre la conveniencia de comer carne, las súper granjas y el sufrimiento animal y la ministra Ribera se hizo amiga de Greta después que la visitara en velero transoceánico ¿entonces qué ?, lo propio del socialismo :cercar el capital.
Y ahora este regalo, mañana la ampliación del techo de gasto, pasado mañana otra cosa, pero que siga la alegría.
Así, entre aplausos se fueron a comer, todos menos una mujer que abandonó el hemiciclo con gafas negras porque le habían robado su discurso. Antes había declarado influida por Bergoglio que el PSOE no tenía alma. Daba pena, ella que tanto había hecho por un gobierno para los descamisados; ella que aún siendo comunista cerraba los ojitos y no contenía sus caricias espontáneas de Cenicienta a su principón, ella tan resuelta a escuchar los males de España por las ferias de coros y danzas, resulta que se había quedado en unos minutos sin programa y sin discurso.
Así que se ha ido de viaje a USA, para consolarse con el ala izquierda del Partido Demócrata. ¡Cómo le gusta viajar a esta tropa! ¿Por qué no a Francia para hablar con Melenchon?
Nada, a la primera frustración extender el proceso de escucha.
Entretanto, las fuerzas oscuras terminaban con dos mujeres de singular dureza, Lastra y Delgado, y se convocaba una reunión del Comité Federal de Sanchistas. Todo el mundo sabe que cuando las elecciones de Pedro no funcionan los elegidos son los culpables y así, en menos de un año, todo un Congreso del PSOE vino a dar en nada, ni siquiera era polvo. Ahora los desgraciados barones querían gente de los suyos, rancios y barnizados. Pues nada, se hace y a otra cosa. Y aparece Patxi López (¿recuerdan? «Pedro, ¿sabes lo que es una nación? », «yo tampoco, jo,jo,jo, jo»; Pedro, ¿por qué no cedes tu escaño y visitas a la militancia?)
En los próximos días, en las próximas semanas, esto lo otro y lo de más allá; no dejaremos a nadie atrás.
Como carecen de la mínima dignidad, mueven las orejas. Antes de celebrarse el Comité se anuncian los cambios. Las encuestan siguen dando un PP ganador indiscutible y los plazos antes del gran desastre se agotan. El problema hoy y ayer es Sánchez que no termina de hundir al PSOE. No se descarta un adelanto de las elecciones para salvar los muebles, las siglas, en fin, algo.
Los catalanes estaban a sus cosas pero adquirieron cierto brillo dos golpes de efecto: el de Cuca pidiendo un minuto de silencio pasando de Meritxell y el inevitable pistolero al sur del río Pecos, el gran Gabriel Rufián, quien interrumpió su viaje de novios con cuatro o cinco balas rojas de la gendarmería marroquí que no pudo evitar sacar en la tribuna.
Toc, toc, no se olviden que para chulo yo – se dijo echándose de medio lado– y aquí me tienen para lo que haga falta, la lista de la compra o amenazar.
Ya pueden salir a descansar sus señorías porque total, si viene una crisis de caballo, ¿importa algo?
¿No? De momento, no.
Totalmente de acuerdo Mr. Mulligan, hay que reir para no llorar.
Demos un repaso a otra «memoria histórica»
https://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/09/economia/1339243054.html
Vamos camino de otro 2.012.
Habrá que seguir con aatención la evolución de la prima de riesgo.
¡Ay,que pereza!!
Día tras día la tinta de calamar biliosa,se transmuta en pretendido sarcasmo humorístico.
¿Qué esconde esa forma de actuar?
Una profunda depresión,ante la determinación de un presidente del Gobierno.
Palabras vacías de una oposición que no aporta nada a la democracia y que convierte ,con su actitud ,a quienes le siguen en estupidos votantes ,para mayor gloria del más puro reaccionarismo popular.
Y es que da igual,los miserables tienen pedigree democrático,como Dios manda.
No se cuantos hortelanos hay,lo que si se es que su jauría de perros aumenta cada dia.
¡¡¡La estupidez es nutritiva!!..verdad Mr Mulligan.
…JAJAJA…que nervios.
Estúpido es el que no se da cuenta que este gobierno pretende subir los impuestos a los ciudadanos, por la vía de la banca y las eléctricas, al tiempo que las usa como malos de la película advirtiendo que impedirá repercutan el costo a los ciudadanos, cosa que harán, por un camino u otro, lo que le da igual al gobierno que solo pretende seguir exprimiendo con la cobarde postura de no hacerlo directamente.
Vamos a ver la eficacia a la hora de impedir que la banca y las eléctricas repercutan el impuesto.
Estúpido es quien da por supuesto que La Banca tiene patente de corso..
No se,pero me da la sensación de que es más fácil cuestionar al gobierno de Sánchez,que querer reconocer que ha conseguido aprobar todas sus iniciativas politicas con mayoría parlamentaria.
Es más fácil acusarle de que está en manos de «terroristas y separatistas» que reconocer que la oposición de PP y VOX ha sido fuente de bilis para alimentar la estupidez de sus votantes.
Otro a la cazuela : el mismísimo Secretario General del Partido Comunista de España a cambio de Lilith Vestringe . ¡ Que semana , madre .Que semana ! .Realmente están sembrados. Todavía quedan horas .
No sufra Amistad que esto acaba de comenzar. Yo me alegro mucho de la destitución y espero que la tal Lilith sea ella misma , cerrando el puño con desgana .