Hawkman go home!!

Julio Embid

La semana pasada en una entrevista sobre superhéroes para un periódico me preguntaron por qué los héroes y villanos actúan en la actualidad como los movimientos políticos actuales. Comenté que la historia de los superhéroes de cómics y películas es la historia de los EEUU y que, aunque en la actualidad tengan una influencia global y cualquier niño desde Buenos Aires hasta Maluenda sepa quién es Clark Kent, estos personaje forman un panteón propio, la mitología estadounidense. Así, si los primeros superhéroes de éxito, Supermán y el Capitán América luchaban contra los nazis (e incluso abofeteaban) a Adolf Hitler, con los años pasaron a luchar contra el comunismo, contra el islamismo y en la actualidad contra el iliberalismo reaccionario. Forman parte de la industria cultural más importante del mundo y por eso casi siempre navegan con el viento a favor. Contracultura es aquello que no les gusta a tus padres, esto ya no lo es.

Ayer fui al cine a ver la nueva película de superhéroes de este mes, “Black Adam” protagonizada por el actor ultramusculado Dwayne Johnson y desde luego, tras un caldero de palomitas y un bote de refresco, tengo que reconocer que me lo pasé bien y disfruté las dos horas. Sin embargo, sin ser digna de alabanza en premios y crítica profesional, tengo que reconocer que pude extraer dos conclusiones políticas que quisiera compartir con ustedes.

La premisa es que en un país ficticio de Oriente Medio llamado Kahndaq (que se parece a Iraq) en la antigüedad hubo un rey muy malvado que tenía esclavizada a la mayoría de la población para extraer un mineral ficticio llamado eternium. Unos magos le dieron poderes a un esclavo (Black Adam) que realizó una rebelión espartaquista y venció al rey, pero como mató a tanta gente en el proceso libertador, los magos decidieron encarcelar al héroe por 5000 años. En la actualidad el país está ocupado por mercenarios internacionales que esquilman los recursos naturales y la vuelta del héroe, aunque sea violento, traerá la libertad al país. Sin embargo, los EEUU mandan a su propio equipo de superhéroes patrióticos (La JSA) liderados por Hawkman para detener al héroe libertador y que todo siga su statu-quo. Para ser una película de acción palomitera de Warner-DC hay bastante chicha.

Desde 1950 los EEUU han intervenido militarmente para defender la democracia y sus intereses económicos en: Corea, Indonesia, Vietnam, Líbano, Libia, Iraq, Kuwait, Somalia, Bosnia, Sudán, Afganistán, Yugoslavia, Afganistán (otra vez), Filipinas, Iraq (de nuevo), Somalia (again), Libia (¿Cómo no?) y de nuevo en Iraq por tercera vez y en Siria. Y todo eso sin contar América Latina claro: Guatemala, Argentina, Cuba, Panamá, Rep. Dominicana, Granada y Haití.

Por tanto, es normal que los superhéroes estadounidenses intervengan en Kahndaq para defender al gobierno local establecido por los Estados Unidos. Y es aún más lógico que, si en el proceso para detener a Black Adam, destruyen completamente la capital, arrasando con edificios, mercados y calles, produciendo centenares de bajas colaterales que no se ven, los ciudadanos nativos apoyen al nuevo antes que a los invasores. Donde la desesperación es tan grande, los clavos ardiendo son siempre buenos asideros. Y los recursos naturales no garantizan ni la democracia, ni el reparto justo equitativo ni por supuesto la justicia o el bienestar social. Al final los EEUU enseñan su arma nuclear definitiva para la intimidad, pero al menos en esta película, sus objetivos iniciales son derrotados. El señor de la guerra todopoderoso ha llegado para quedarse. Solo espero que en el mundo real, el poder no sea personal e intransferible.

Un comentario en «Hawkman go home!!»

  1. Si se aceptan enmiendas, propongo que donde pone «Desde 1950 los EEUU han intervenido militarmente para defender la democracia y sus intereses económicos en» debe poner «Desde 1950 los EEUU han intervenido militarmente para defender la sus intereses económicos en». No eran democracias ni apoyaron a los sectores democráticos en los momentos que dice ni en Corea del Sur, ni en Indonesia, ni en Vietnam del Sur…. Ni lo hizo en España cuando firma con nuestro países sus acuerdos de colaboración.
    De hecho cuando hablamos de Fake news y propaganda habría que hablar de sus industria cultural y como se hilvana como usted mismo comenta con sus intereseses económicos y militares.

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