Carlos Hidalgo
En el momento en el que escribo estas líneas, Luiz Ignacio Lula da Silva aventaja por poco más de un punto a Jair Mesías Bolsonaro. El problema está en que Bolsonaro lleva un tiempo afirmando que no reconocerá ningún resultado que no sea una victoria suya, lo cual trae muy malos presagios a todo al mundo, recordando a lo que ocurrió en los Estados Unidos cuando Trump instigó a un montón de paletos armados a asaltar la sede de la soberanía popular. Que la policía brasileña haya impedido activamente el voto en zonas favorables a Lula, hace que los presagios sean más oscuros todavía.
El pasado militar de Bolsonaro hace que automáticamente se suponga que los militares le apoyarán. Lo cual no tiene por qué ser necesariamente cierto, ya que Bolsonaro, en estos cuatro años, ha nombrado a militares para las tareas más ingratas, en las que se han quemado con escasos honores. Así que es posible que los militares estén un poco hartos de su excamarada.
Dicen que la polarización tiene mucho que ver con este mal perder. Al adversario, ni agua. Y por eso no se puede admitir la derrota. Ni siquiera se puede admitir el hecho de sentarse a negociar con él absolutamente nada, ni siquiera asuntos en los que se está de acuerdo, porque no es posible tener opiniones contrarias en todo.
Si pensamos en España, hay asuntos en los cuales los dos grandes partidos, incluso en las épocas en las que más se han odiado, han conseguido ponerse de acuerdo. Y hasta se han sentado a firmarlo, arrastrando al resto de partidos hacia el consenso.
No parece ser el caso en tiempos recientes, donde varios principios de acuerdo para renovar el consejo general del Poder Judicial (CGPJ) se han ido abortando a lo largo de los últimos cuatro años. En parte porque se cree que cualquier acuerdo puede ser dar una ventaja de alguna clase al Gobierno de Pedro Sánchez. Y al enemigo, ni agua, cueste lo que cueste, aunque suponga incumplir un mandato constitucional y entorpecer el normal funcionamiento de la justicia en España.
Es verdad que el PP ha dicho que el motivo para no firmar el acuerdo es la reforma del delito de sedición. Pero es solo la última de las cinco o seis excusas que el PP lleva poniendo a lo largo de estos últimos cuatro años. Y hace sólo unos días que Cuca Gamarra afirmaba, absolutamente segura de sí misma, que la sedición iba por un lado y la renovación del CGPJ por otro.
También es cierto que Feijóo recibió el equivalente a una mafiosa cabeza de caballo en forma de portada de El Mundo, donde se le advertía que la derecha “política, judicial y mediática” iba a echarse encima de él. Y que en cuanto Feijóo cambió de opinión (imagino que dejando a su negociador Esteban González Pons con cara de tonto), Ayuso se apresuró a filtrar que había sido quien le había hecho cambiar de opinión, merced a un mensaje de whatsapp en el que le decía que al enemigo ni agua.
Ayuso es experta en eso, por cierto. Hasta tal punto que está tomando medidas que se le pueden volver en contra, como mantener las urgencias en los centros de salud desprovistas de medios y de personal. Porque tal vez hacerlo sería dar oxígeno a la izquierda, que demanda que la ciudadanía de la Comunidad de Madrid tenga acceso a la sanidad pública. Y hasta tal punto está enrocada en no ceder que los diputados regionales del PP se han hecho fotos, orgullosos, al lado de urgencias cerradas, diciendo que lo que se había cerrado era “un centro de propaganda de la izquierda”. Que la gente se muera, si es necesario, con tal de no dar oxígeno, al contrario.
Una izquierda madrileña, por cierto, que sigue enrocada también en el mal perder y en algunas de sus tradicionales idioteces. Estos días, la no-candidata a la alcaldía de Madrid, Mercedes González, y su número dos en la Agrupación de Madrid Ciudad, se pasean por las agrupaciones sondeando la posibilidad de que las listas al ayuntamiento no sean votadas, sino simplemente refrendadas, para que el candidato nombrado por Ferraz se encuentre con las listas ya hechas y, previsiblemente, hostiles. Por el mal perder. Iba a ser candidata y no lo fue.
Hay que saber perder.
En efecto, ganó Lula, por poco pero ganó. Ahora le viene saber ganar, que también es importante, porque con un país tan dividido la gobernación no será fácil. Pero cualquier cosa antes que Bolsonaro…
No puedo creer lo de las fotos delante de las urgencias cerradas. Es cierto que el PP ha desafiado mis límites en el pasado pero sería demasiado…
Sí era cierto… https://www.diariodesanse.com/2022/10/24/pp-sanse-celebra-la-apertura-de-las-urgencias-de-la-avenida-de-espana-y-las-redes-estallan-en-su-contra/
Sin duda habrá sido una excusa, pero también hay que valorar el tema como lo hace este artículo.
https://blogs.elconfidencial.com/espana/tribuna/2022-10-30/la-bronca-por-la-sedicion_3514910/
1) el articulista desconoce todo de la negociación entre PP y PSOE sobre CGPJ , sobre sus compromisos y garantías , principalmente por no haber participado ni asistido a sus debates ni tenido acceso a sus documentos , pero opina sobre lo desconocido de manera claramente partisana. Al parecer también sostiene que Pedro Sánchez tiene un muy buen perder.
2) como el gorgojo de un ave de paraíso , reproduce el mantra infame de la obligatoriedad de un imperativo constitucional INEXISTENTE. No hay tal. [ Los dos nombres que aporta el CGPJ al TC no son de los que dan la vuelta al equilibrio ideológico en el tribunal, porque lo que hace es elegir a un conservador y a un progresista. Pese a ello, la elección del Consejo sí es clave de manera indirecta para la orientación ideológica del Constitucional. El motivo es que los dos miembros del TC que corresponde elegir directamente al Gobierno, y que sí son determinantes para que haya una mayoría progresista o conservadora, van en el mismo paquete que los del CGPJ, según la Constitución. De ese modo, si el CGPJ no elige, el Gobierno tampoco. Esta es la interpretación mayoritaria, aunque desde el Ejecutivo se sostiene que sí podría nombrar a los dos suyos. Si lo acaba haciendo, se generaría un nuevo conflicto dentro del TC ] Quienes si deben hacerlo son el Parlamento y el Senado , lo que sucede es que deben llegar a una mayoría reforzada Y NO LLEGAN EN ESTA OCASION PORQUE EL PSOE SE NIEGA A ADMITIR LAS RAZONES DEL PP.
3) el mal perder es – entre otras causas – hijo de las trampas , como saben muy bien los colaboradores de Sánchez , un perfecto desacreditado patán que ni sabe en dónde está ( Kenia o Senegal ) porque , en realidad , se encuentra en la Ínsula de Barataria , su patria sanchista ; como tampoco lee, atribuye a Blas Otero ( no a Blas de Otero , un poeta de mi ciudad ) un poema que « siempre recuerda » que en realidad es Jaime Gil de Biedma del que , a fuerza de recordar, no sabe quién es.
4) me entusiasma la idea de Mercedes González para impedir que el candidato nombrado por Ferraz se encuentre con las listas ya hechas y, previsiblemente, hostiles. Pura filosofía política española de andar por casa que viene a decir , de morir , morir matando.
5) por recomendación de la dirección de este foro, es conveniente abandonar la brutalidad hasta el límite de la obsesión que se orienta a obligar por la fuerza, y solo por la fuerza, el cumplimiento de obligaciones ficticias, determinadas por el gobierno.