Marc Alloza
A principios de este año la multinacional Valgo reprendió el traslado de residuos peligrosos para la salud extraídos de Bijela (Montenegro) al depósito de la localidad onubense de Nerva. El 31 de enero llegó al puerto fluvial de Sevilla el Muzaffer Bey con 5.500 toneladas, el 3 de febrero lo hizo el Dakota con 7.500 y este fin de semana lo ha hecho el Shannon River con 6.000.
Estos cargamentos son un avanzadilla de las 40.000 toneladas que restan por enviar fruto del trabajo de limpieza y descontaminación del astillero de Bijela, Montenegro (lo pongo otra vez porque a mí me costó asimilarlo). Traslados que por ser extracomunitarios no sólo deben autorizarlos el gobierno autonómico, sino también el ministerio de Transición Ecológica. No obstante haber recibido la autorización, este lunes 14 de febrero, el Ministerio ha paralizado el traslado de los residuos del Dakota, por exceder el envío máximo autorizado de 7.000 toneladas y amenaza a Valgo con sanciones de entre 9.000 y 300.000 euros.
El depósito o, según se mire, vertedero de residuos de Nerva, se puso en funcionamiento en 1998. Su finalidad inicial era la de almacenar los residuos de los polos industriales de Huelva, Cádiz y Sevilla. Con el paso de los años se han sucedido múltiples ampliaciones y modificaciones de usos. A pesar de que en 1995 un compromiso inicial de los promotores no lo iba permitir, los residuos empezaron a llegar también de fuera del España.
Concretamente, en 2011 Befesa (Abengoa), por entonces explotadora del depósito, aceptó 25.000 toneladas de residuos especialmente tóxicos procedentes de Italia, que terminaron en Nerva. Al estupor inicial de que se importaran residuos peligrosos de otros países, se añadió la indignación cuando se demostró que su tratamiento se llevaba a cabo como el de residuos normales. A pesar de ello el depósito continuó en activo y ha continuado recibiendo residuos de España y de fuera y ha ido colmando vasos sin descanso.
Si a cualquiera le preguntan si desearía tener a 700 metros de casa un almacén permanente de residuos peligrosos como pasa en Nerva, probablemente un 99% contestaría que no, pero ¿qué pasó en Nerva?
“Nos lo vendieron como la solución a todos nuestros problemas con la intención de reindustrializar la zona. Iba a crear cientos de puestos de trabajo directos e indirectos.”
El depósito fue promocionado por la Junta de Andalucía de la mano del gobierno municipal y con la colaboración de Ministerios del Gobierno de España. Había otras ubicaciones pero al parecer, la presión vecinal hizo descartarlas. En Nerva también hubo cierta oposición que fracturó socialmente al pueblo, pero las promesas de que el depósito iba acompañado de subvenciones para el desarrollo industrial del pueblo, un plan de creación de empleo (Plan de actuación de la cuenca minera de Riotinto) en una población con un paro del 50% y un gobierno municipal en mayoría absoluta convencido del proyecto, terminó por decantar la balanza. Pero, al parecer no todo salió como estaba “previsto” y ya en 2000, el mismo alcalde nervense José Villalba, gran valedor del proyecto, se quejaba que la compensaciones recibidas eran insuficientes.
Actualmente con 2.000 habitantes menos, una tasa de paro del 23,5% y una deuda pública de 8,2M€, el depósito genera más de 40 empleos directos y 150 indirectos según su actual organización explotadora (DSM). Y el pueblo nervense recobra la unidad a favor del cierre, acompañados por el resto del pueblos de la cuenca minera de Rio Tinto.
España debe construir para 2028 un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para almacenar residuos radioactivos generados por las centrales nucleares. Entre otros, deber recuperar los residuos de Vandellós, clausurada en 1989 por un incendio, y que generan multas millonarias desde 2017. La ubicación del almacén se adjudicó a Villar de Cañas (Cuenca) en 2011. Supuestamente debería estar ya en funcionamiento pero su construcción se ha ido aplazando. Hasta hace dos años estaba previsto para 2023 pero ahora se encuentra en suspenso por dudas sobre su ubicación.
Pero ¿por qué un pueblo de 378 habitantes en 2018 quiere un almacén de este tipo? La respuesta es algo parecido a caso de Nerva, también en cuanto a la alineación de administraciones que se daba en 2011 (aunque de otro color). La vida del almacén estaba prevista que fuera de 70 años pero viendo la prórrogas en las vidas útiles de las centrales, en la recuperación de residuos expatriados, etc, es lógico ponerlo en duda. Los vecinos de Villar del Cañas o los de la localidad a la que finalmente le sea asignada el ATC, deberían valorar si las promesas se pueden hacer realidad y hasta qué punto dependen de la alternancia en los gobiernos de las Administraciones.
Pues sí. Indignante y frustrante. Primero te dicen que por poco tiempo y con compensaciones. Luego se alargan tiempos y usos de poco en poco. Finalmente no llegan compensaciones y además parece que si los vecinos no se preocupan las administraciones no vigilan de oficio.