Niños caprichosos

Carlos Hidalgo

Mientras escribo estas líneas aún se comenta la inauguración del llamado “Hospital de Pandemias”, un hospital inaugurado en tiempo récord, que ha costado el doble de lo prometido y no tiene sanitarios, quirófanos y parece que tampoco paredes. Pablo Casado, que tiene la costumbre de pasearse por la Comunidad de Madrid inaugurando cosas y pasando revista, como si fuera una especie de autoproclamado presidente suplente, ha preguntado con toda su inocencia lo de los quirófanos, para recibir la tímida respuesta del director de Salud de la Comunidad: “Bueno… tenemos salas donde se hacen curas”.

Nada de esto parecen ser críticas válidas para los simpatizantes de Ayuso y su gobierno en las redes, que obvian la falta de personal, que no se van a contratar médicos y que se van a hacer traslados forzosos de personal de otros hospitales y señalan, indignados, que la oposición de la Comunidad de Madrid hace de “correa de transmisión de los sindicatos”. Como si eso fuera malo de por sí.

Y es que en Madrid el PP es experto en construir e inaugurar, pero no preocuparse en absoluto de mantener nada de eso. Así, tenemos este hospital “milagroso”, mientras no se va a contratar a personal sanitario extra, los techos del Hospital de La Paz se caen cada vez que llueve y se inundan los hospitales de El Escorial, el de Getafe, el de Alcalá de Henares y los laboratorios de la Fundación Jiménez Díaz. En el Doce de Octubre, el Ramón y Cajal y el Gregorio Marañón las tuberías revientan por falta de mantenimiento. Y 13 centros de salud tienen goteras. La última vez que hubo lluvias continuadas se inundaron los centros de salud de Usera, Daroca, San Fermín, Carabanchel, Villaverde, Ciudad Jardín, Hortaleza, Sevilla La Nueva y Humanes de Madrid.

Lo mismo pasa con el anuncio de que se va a ampliar el metro capitalino. Con protestas por aglomeraciones en plena pandemia, con estaciones sin personal que las atienda, sin guardias de seguridad, sin maquinistas, sin personal de limpieza, de mantenimiento y sin trenes, se habla de una ampliación necesaria pero que, si sigue la misma lógica del PP de Madrid, va a consistir en inaugurar una infraestructura que no se piensa atender, ni mantener. Como decía un amigo mío, son como niños caprichosos que reciben juguetes caros y los abandonan a los cinco minutos.

Un hospital vacío queda de miedo en las fotos, pero por más de 110 millones de euros, tendría que servir para algo más que para sacarse las fotos. A la gente que va a centros de salud en los que no hay médicos para atenderles, a los sanitarios que están estirados al límite en hospitales que, literalmente, se caen a pedazos, a los pacientes que sufren -y hasta mueren- en ellos, no les sirve de nada un hospital sin médicos, sin paredes y sin quirófanos.

A los usuarios de metro que esperan diez minutos en hora punta, que soportan trenes abarrotados, sucios y que se retrasan por averías provocadas por construcción deficiente o falta de mantenimiento, tampoco les vale en su día a día que les prometan ampliar las líneas, porque ampliar algo que no funciona sólo indica que no te quieres gastar el dinero en arreglar las cosas, sino en arreglarte para la foto.

Si hubiera oposición en la Comunidad de Madrid, tal vez estaría bien que dijera que los hospitales tienen que tener médicos, el metro maquinistas, personal y técnicos, las escuelas docentes, los barrios centros de salud y las calles barrenderos, basureros y policías. Nada de eso hay de momento. Tampoco oposición.

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