Marc Alloza
Este mediodía andando por la calle he escuchado de pasada una conversación entre dos en el que uno le contaba a otro:
– “Este país es maravilloso” – le decía con acento sudamericano un hombre al otro.
– “Allá si no tienes seguro médico ni te atienden y te mueres. ¡Pero aquí no! – Argumentaba mientras la conversación seguía entre los dos hombres de mediana edad mientras avanzaban en sentido opuesto al mío.
Creo que a todos se nos encogió el corazón el pasado viernes cuando nos enteramos que al menos 23 personas (37 o más según ONGs de la zona) fallecieron al intentar entrar masivamente en España saltando la valla de Melilla en busca de un futuro mejor en nuestro maravilloso país. Centenares de heridos algunos de ellos graves entre los inmigrantes quedaron a la espera de ser atendidos en Marruecos. 49 agentes de la Guardia Civil heridos leves, un número indeterminado de gendarmes marroquíes también heridos no graves. 32 personas fueron detenidas en Marruecos y 133 lograron cruzar la valla y se encuentran ahora en cuarentena en el CETI de Melilla. De estos 133 el 80% son de Sudán por lo que la travesía les ha podido llevar meses e incluso años.
“Lo que hay al otro lado no merece la pena”
Los que están del lado español volverían a cruzar porqué lo que hay al otro lado no merece la pena. Así de claro se expresó Maauia en referencia a la valla de Melilla. Sudanés de 21 años internado en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla desde el pasado 3 de marzo tras otro intento masivo de entrada a Melilla. Partió de Sudán con 19.
En Nador, ciudad fronteriza con Melilla, se acumulan miles de personas inmigrantes que esperan su oportunidad para llegar a Europa como sea. La versión oficial del “asalto” es que los inmigrantes actuaron de forma coordinada bajo la organización de mafias migratorias y con el uso de técnicas de guerrillas o crimen organizado. En cambio, de acuerdo a testigos que lograron cruzar y que no, y corroborado por diversas ONG, en los últimos días los campamentos clandestinos de estas personas en el monte Gurugú habían sido desmantelados y se había alzado la prohibición a los comerciantes de venderles comida dejando a estas personas en una situación todavía más comprometida.
“Operación razonablemente bien resuelta”
Ante la magnitud de la tragedia, Naciones Unidas, la Unión Africana y ONGs como AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), entre otros, han solicitado una investigación en profundidad del suceso. En especial, de la actuación de la gendarmería marroquí a la luz de las imágenes de inmigrantes heridos desatendidos y hacinados en el suelo durante horas a pleno sol, incluso alguno de ellos siendo golpeado en el suelo sin aparente motivo. Actualmente hay tres investigaciones del suceso en curso: Una por parte Fiscalía Española, otra de la fiscalía Marroquí y otra por parte del Defensor del Pueblo de España.
Lamentablemente el Presidente de España calificó la actuación como “una operación razonablemente bien resuelta”. Mucho se ha comentado al respecto acerca de esta, a mi criterio, desafortunadísima calificación de los hechos. En una entrevista en Hoy por hoy en la SER Pedro Sánchez ha comentado que no había visto las imágenes cuando hizo las declaraciones, ha lamentado los fallecidos pero ha evitado reconocer que se equivocó así como ha eludido condenar a los gendarmes marroquíes que se hubieran extralimitado. Aparte de esto también ha comentado una cosa que si comparto 100%: “Para evitar tragedias como la de Nador lo que tenemos que hacer es trabajar en Sudán. La política migratoria no solo puede ser securitaria, de refuerzo de nuestras fronteras, sino que hay también que trabajar en los países de origen”
¿Hasta qué punto este discurso es hueco?
En este aspecto se puede decir que en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) los gobiernos de España han sido más agarrados que un chotis. Sánchez argumenta que ha incrementado el presupuesto en Ayuda y Cooperación al Desarrollo. Es cierto, la AOD presupuestada para 2022 es de 3.507M€, lo que supone un 0,28% de la RNB (Renta nacional bruta) mientras que en 2021 fue de 3.114M€, es decir, un 0,24% de la RNB. A pesar de ello está lejos, muy muy lejos de la meta del 0,7% del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE del que España es miembro desde 1991. En 2005 la UE se comprometió a alcanzar el 0,7% en el 2015. En 2009 alcanzó su máximo 0,46% pero con el pretexto o justificación de la crisis financiera decayó y paradójicamente en el 2015 alcanzó un mínimo del 0,12% que no se daba desde 1988 y que era un esfuerzo inferior al de los años 1981 o 1982 con un presupuesto en AOD de 0,13%. Por otro lado, el ejecutivo actual ha aprobado este año fijar por ley la aportación del 0,7% de la Renta Nacional Bruta a ayuda humanitaria a partir de 2030. Con el compromiso de alcanzar el 0,5% al finalizar la legislatura. Un 0,5% que vendría a significar alcanzar la media de los países donantes de la UE en 2020.
Actualmente sólo hay seis países que alcanzaron o sobrepasaron el 0,7% en 2020: Suecia, Noruega, Luxemburgo, Alemania, Dinamarca y Reino Unido. No se puede sacar mucho pecho todavía puesto que ni siquiera con el incremento del este año al 0,28% todavía estaríamos por debajo de la media de la OCDE en 2020 que era de un 0,32.
Lo que hay al otro lado ha de merecer la pena
Como se ha comentado, la mayoría de los que han logrado entrar en España son de Sudán, que es el decimoquinto país más pobre del mundo. 35,5 millones de habitantes 1,9 millones de km2 (España 505.990 km²) Tras la escisión de Sudán del Sur el 9 de julio de 2011, perdió ¾ partes de sus reservas de petróleo. Este hecho no ha propiciado que el país más joven del mundo (Sudán del Sur) progrese y es tristemente el segundo más pobre del mundo con 12M habitantes, 2,5M de refugiados y 1.5M de desplazados internos. Sudán del Sur debería ser un caso al alcance para mejorar. Según un estudio del Banco Mundial, con los ingresos del petróleo sería suficiente para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de la población cuyo 82% vive en la pobreza.
Volviendo a Sudán, la agricultura representa entre el 35% y 40% del PIB y emplea entre un 70% y un 80% de la población. Pero la productividad es baja y variable dadas la imprevisibilidad del clima, la degradación del suelo, las deficiencias tecnológicas y la falta de conocimiento (ver informe de Sudán del FIDA – Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola). La ganadería también tiene productividad baja debido a las enfermedades y los parásitos, a las prácticas de cría deficientes y el acceso reducido a recursos de pastizales tradicionales. Todo esto agravado por los conflictos armados, la imprevisibilidad de la escasez de agua, limitaciones en el acceso a los mercados y el acceso a servicio financiero. Hay muchos puntos que se pueden mejorar con la ayuda exterior: conocimiento, tecnología obras de infraestructura, acceso a la financiación… Son alcanzables y pueden suponer grandes mejoras para la población. En el otro lado tendríamos la situación política y los gobernantes. El ejecutivo sudanés ha acumulado deuda e importantes atrasos en el pago a acreedores. El gobierno se comprometió a acometer reformas estructurales, etc. En cambio, mientras sus compatriotas morían el pasado viernes en las vallas de Melilla, este martes otros sudaneses lo hacían en una ofensiva militar en Fashaga, zona fronteriza con Etiopía (La UA pide «máxima contención» por las «tensiones militares» entre Sudán y Etiopía) en un ciclo sin fin de guerra.
La Unión Africana (UA) o Naciones Unidas debería imponer un proceso de negociación diplomática para solventar los conflictos fronterizos con Etiopía, Sudan del Sur y otros que puedan tener en litigio. Además, deberían impulsar un proceso hacia una democracia plena y real (tarea complicada pero que se debe acometer).
En España debería haber consenso para controlar el flujo migratorio por diferentes motivos: en mayor o menor grado, por solidaridad, por equidad, etc. Debería dar ejemplo aportando el 0,7% de la RNB lo más pronto posible. También debería liderar procesos de estabilización/transformación de países en la medida de sus posibilidades. Son demasiados los que han fallecido en las vallas, en las playas, en el mar, en el trayecto, etc., para llegar aquí huyendo de la pobreza, la guerra, etc. Probablemente muchos en su lugar también lo intentaríamos.
La tragedia en la valla de Melilla ha puesto en evidencia la hipocresía y falta de soluciones que existen a nivel internacional ,con el auje de los movimientos migratorios en el continente africano.
Un continente que sufre continuas guerras intestinas y donde grupos terroristas campan a sus anchas,convirtiendo a sus poblaciones en «carne de cañon» y en la mas absoluta indigencia ,agravada por el clima y las condiciones de hambruna crónica y sanitaria con la que diariamente viven.
Por eso que La Unión Africana (UA) o Naciones Unidas ,pongan el grito en el cielo ante lo sucedido en Melilla y no aporten ningun a solución estratégica para que esto no suceda,me demuestra el grado de inutilidad e hipocresía en el que vivimos a nivel mundial.
No se cual es la solución a tanta tragedia vital,pero lo que sí tengo claro es que los responsables políticos de estas instituciones y otras a nivel europeo,No ejercen lo que predican.
Será que algunos vivimos en una burbuja maravillosa y otros con la mierda hasta el cuello.
La burbuja está a punto de estallar.