Pesos y contrapesos

Carlos Hidalgo

La separación de poderes, tal y como la entendemos hoy en día, se basa en que el Estado está dividido en tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, y en que cada uno de esos tres poderes controla a los otros y les contrapesaba. El Ejecutivo se encarga de dirigir la acción del Estado, conforme a las leyes que dicta el Legislativo y controlado por el Judicial, el Legislativo elabora las leyes y el Judicial se encarga de hacer valer las leyes hechas por el Legislativo, pero a cambio sus órganos de Gobierno son dictados por el Legislativo y el Ejecutivo.

Se quejan parte de los jueces y la derecha en general de que el Ejecutivo y el Legislativo quieren acabar con la independencia del Judicial porque sus órganos de Gobierno, en un claro ninguneo a la Constitución, siguen en funciones y sin renovarse desde que el PP, tras su salida del poder, sabotea permanentemente las negociaciones de renovación, al negarse siquiera a facilitar una lista de candidatos o acordar con el resto del partidos una nueva composición del órgano de gobierno de los jueces: el Consejo General del Poder Judicial.

Resulta además que el CGPJ en funciones está emitiendo declaraciones en contra de la acción de Ejecutivo y del Legislativo, lo que consiste una insólita injerencia del Poder Judicial en las labores de los otros dos poderes, pues los jueces han de ser la boca que pronuncia la ley, pero no la mano que la escribe.

Parece ser que la independencia del Judicial sólo se entiende si el Judicial es manifiestamente parcial hacia uno de los partidos que componen el legislativo: el Partido Popular. Y que no parece haber problema en llevar años de rebeldía contra el control y los contrapesos de los otros dos poderes, saliendo además con ocurrencias que no les competen, como pronunciarse prospectivamente acerca de leyes que todavía no se han aprobado, o sugerir nuevas formas de elección del CGPJ que no aparecen en la Ley Orgánica que regula su funcionamiento, como que los jueces se elijan a sí mismos para sus órganos de gobierno, lo cual sería el equivalente a que solo los diputados y senadores pudieran votar en las Elecciones Generales. Algo corporativista, absurdo y un desprecio a la soberanía española que, según la Constitución, nuestra norma suprema, emana del Pueblo Español y no solo de las personas que han aprobado las oposiciones a la Carrera Judicial.

Yo entiendo que al Partido Popular no le convenga la renovación del CGPJ, pues aun tiene sobre la mesa casos de corrupción en los cuales es juzgado y que hasta podrían poner en peligro su propia existencia como partido, como le ocurrió a Convergencia i Unió. Entiendo menos la alineación permanente de muchos jueces con el PP, dado que esa independencia de la que son tan celosos también consiste en que no hagan pronunciamientos políticos mientras lleven puestas sus togas y me temo que en estos días están haciendo demasiados.

Sí, la división de poderes se altera cuando uno de los poderes interfiere de manera grave en las competencias de los otros dos. Pero el caso es que aquí el Poder Judicial se ha declarado en rebeldía contra los otros dos y está saboteando los sistemas de controles y contrapesos que la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial fijó en su momento.

¿Y pretender acabar con esta anómala situación es lo que llaman querer acabar con la separación de poderes? No tenía sentido hace años, cuando el PP empezó a sabotear la renovación de CGPJ, ni lo tiene ahora, que un CGPJ en funciones y en rebeldía se dedica a hacer declaraciones políticas que ni debe hacer, ni le corresponde, ni tiene legitimidad alguna para emitir.

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