Carlos Hidalgo
Hace dos años, cuando empezó la invasión rusa de Ucrania, un analista de inteligencia me preguntó si yo sabía quién era el responsable en el PP de política exterior. Y no le supe contestar. En aquel momento el presidente del PP era todavía Pablo Casado y parecía que aún no le había dado tiempo de designar a una persona que fijase las líneas del principal partido de la oposición en ese aspecto. Unos días después Casado se vio forzado a dimitir de la presidencia del partido debido a la presión de Isabel Díaz Ayuso y al descontento de otros barones regionales acerca de cómo había gestionado los asuntos internos de su formación.
Llegó Alberto Núñez Feijóo y tampoco hubo ningún movimiento destacable en ese sentido. En teoría, el responsable sería Gabriel Mato, bajo la supervisión directa de Esteban González Pons. Pero Mato, hermano de la exministra Ana Mato, no tiene visibilidad pública y las declaraciones del PP sobre política exterior, aun siendo muy escasas, tampoco parecen depender en exclusiva de González Pons.
Este aparente abandono de la política exterior por parte de un partido de Estado es bastante chocante. En los tiempos de Casado, que parecía querer imitar el modelo carismático de Pedro Sánchez en el PSOE, tal vez fuera porque Casado quería aparecer como referente máximo de su partido en cualquier aspecto. Pero en los tiempos de Feijóo, al que no parece importarle ejercer un liderazgo más coral, todo lo relativo a política exterior sigue siendo un caos.
Hemos visto declaraciones de Pons, Feijóo, Bendodo, Margallo, Montserrat, Tellado e incluso Ayuso y Almeida sobre política exterior. Pero estas son en la mayor parte de ocasiones contradictorias e incluso parecen ir en contra de las declaraciones institucionales del PP y de su propio programa electoral, como estamos viendo en lo referente al reconocimiento de Palestina como Estado.
Uno de los aspectos en los que la política exterior se diferencia de la política interior es que en las relaciones internacionales hay una posición como país definida a lo largo de los años y que, por lo general, es compartida por otros partidos de Estado. De hecho, cuando se intenta imprimir un bandazo brusco a esa política exterior, los resultados suelen ser malos para España. Y ahí se puede comprobar en situaciones tales como la participación en la Segunda Guerra de Irak y la posterior retirada de las tropas, que causaron cicatrices a la posición de España en el mundo, algunas de las cuales aún se sienten hoy en día.
Y no es que el PP no tenga talento y músculo interno como para haberse visto forzado a abandonar las relaciones internacionales. Sus “think tanks” (como la Fundación FAES) y sus cuadros producen abundante talento. Hay bastantes diplomáticos que militan o que simpatizan con el Partido Popular y este además ha establecido alianzas a lo largo del tiempo con otros partidos conservadores y democristianos en varios países. Pero desde hace más de una década el PP parece haber dejado caer los brazos en todo lo relativo a la diplomacia española, más allá de intentar maximizar su presencia en algunos de sus órganos.
Puede que este abandono sea atribuible en origen a Mariano Rajoy, un hombre muy dado a no alterar la inercia de las cosas. Y pocas cosas se pueden tanto por inercia como la política exterior. Aunque su falta de iniciativa también hizo que un país de nuestra importancia y tamaño fuera ignorado sistemáticamente en foros internacionales en los que debíamos estar presentes.
El caso es que las formas más agresivas de Pablo Casado tampoco se aplicaron a exteriores y Feijóo ha ignorado los asuntos exteriores de manera aún más ostentosa que Rajoy, si cabe. Todo esto ha hecho que el vacío dejado por el PP sea ocupado por otros. Ya sea por aspirantes al trono, como Isabel Díaz Ayuso, que parece decidida a gestionar una diplomacia paralela a la del Gobierno de España (lo cual es anticonstitucional y estéril, como vimos en el caso catalán) o por otros partidos, como Vox.
La foto de Santiago Abascal con el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, debería ser tan intolerable para el PP como lo es para el Gobierno. No solo por confraternizar abiertamente con un gobierno ultra que ha amenazado a España, sino porque las alianzas y pactos regionales y locales del PP con Vox hacen que en una situación así los de Abascal arrastren al PP a posturas que ni siquiera ellos mismos desean. Por trazar un paralelismo, cuando Podemos estaba en el Gobierno e hizo algunos de sus deplorables arrumacos a Putin, el PSOE como partido y el Gobierno de España dejaron muy clara que esa no era su postura. Nada de eso estamos viendo con este PP, que parece menos conectado que Vox con sus aliados internacionales. Parece increíble que un partido que puede llamar a Ursula Von Der Leyen se deje ganar espacio por unos ultras que organizan jornadas en las que animan a personajes como Milei a insultar a nuestro país.
Sería deseable que el PP no se dejase comer el terreno en política exterior y que asumiera su papel de partido de Estado y hermano mayor de las derechas españolas. Por su propio bien y por el bien de España.
Pues no lo había pensado pero es verdad que el PP no tiene un portavoz de política exterior reconocible y tampoco una política exterior reconocible. Es decir, si de repente el Gobierno apoyara al Sáhara, seguro que el PP pasaba a apoyar a Marruecos. Y qué va a decir cuando se confirme el arreglo de Gibraltar por el que los policías españoles van a controlar las entradas a Schengen por el aeropuerto? Será una cesión lamentable, otra traicióni, etc. Alguna duda? Lamentablemente no.
Donde no hay nada,nada hay.
La política exterior la lleva Ayuso.
Ha salido fuera de España ,más veces que Feojojo.
Dice que recibirá a Millei en el próximo viaje que haga El presidente de Argentina .
Apoya al gobierno de Netanyaju,sin pelos en la lengua como es habitual en ella y en contra del gobierno de España.
Supongo que la lideresa madrileña estará mosqueadisima al ver que Abascal ha logrado fotografiarse con Netanyaju antes que ella .
En fin…podría seguir pero me da mucha pereza hablar de lo que hacen los populares,para distinguirse de VOX en la política internacional .
La única política exterior del PP y de VOX es denigrarr por cualquier método al gobierno de Pedro Sánchez.
Hoy es un gran día para España.
A partir de hoy vamos a ver a que fiscales y jueces se les verá el plumero.
¡¡¡Viva la PEPA!!
….JA JAJA…que nervios.