Lluís Camprubí
Hace pocos días la OMS concluía que la fase de emergencia para la salud pública de la COVID-19 se daba por terminada. Pero seguidamente sus responsables insistían en que sigue siendo un problema de salud pública que debe seguir siendo abordado de forma sostenida. Esta segunda parte es la que no debería olvidársele tanto a una ciudadanía como a unas autoridades políticas que mayoritariamente y de forma entendible quieren pasar página y centrar su atención en otros problemas.
Pero para abordar el reto para la salud pública de la COVID-19 debe entenderse en toda su complejidad su impacto en la salud fisiológica. Hay distintos COVID y deberíamos ponerlos todos en la ecuación. Los humanos somos bastante buenos en entender los impactos agudos y es con esta perspectiva como en general la sociedad ha ido interiorizando el impacto de la COVID. Sigue leyendo