La Bella Durmiente es andaluza

Arthur Mulligan

Y tiene un cuerpo. Un cuerpo electoral que más que dormir, sestea en un Sur que anticipa elecciones y verano. Un cuerpo que en su visión de la fábula pertenece a la izquierda (con todos sus perejiles como diría aquella) y que solo la izquierda puede movilizar mediante el recurso al sermón.

Esta obsesión totalitaria de que los electores pertenecen a los partidos (« nuestros electores», «el pueblo de izquierdas», «los conservadores») se expresa con particular intensidad desde la Transición en Andalucía, tanto por su peso demográfico como por su protagonismo principal en la reconstitución del PSOE, contribución incontestable en la formación de un estado democrático con el brillante liderazgo de Felipe González. Sigue leyendo