Una de espías

GCO

Parece el argumento de una novela negra. Resultaría emocionante si no fuera tan vergonzosamente bochornoso. La muerte el pasado jueves de Alexander Litvinenko en Londres nos devuelve de lleno a una lógica que todos creíamos olvidada. Bueno, según parece, no todos. Un ex espía de la KGB, crítico acérrimo de Vladimir Putin, muere en Londres, donde permanecía exiliado porque temía por su vida. A la luz de los acontecimientos, sus temores eran más que fundados.

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