El largo viaje de Pedro Sánchez hacia las laderas del Himalaya

Senyor_J 

Nueva política. Una nueva manera de pensar pero también una nueva manera de hacer. El deterioro de la imagen de los partidos ha traído nuevos patrones éticos, nuevos compromisos con la gente y ha generado todo tipo de renuncias entre los electos para dotar de nuevo de una imagen de honradez y compromiso al ejercicio de la profesión. Las viejas formas de comunicación ya no funcionan como antes, son necesarios nuevos formatos y nuevos canales para crear vínculos con la ciudadanía. Las viejas lógicas organizativas tampoco, los partidos cerrados sobre sí mismos dejan cada vez más espacio a nuevas estructuras más abiertas, más permeables, en las que se desarrollan formas variadas de profundización democrática orientadas a asegurar el sufragio directo sus miembros, tanto en la elección de dirigentes como en las decisiones cruciales. La metamorfosis progresa pero no es completa: algunos partidos clásicos firmemente asentados en las estructuras de poder resisten dentro de los viejos modelos, como si de una cápsula del tiempo se tratase, o bien adoptan formas híbridas en que lo nuevo contamina lo viejo. Huelga decir, no obstante, que el que todo eso se acabe de concretar en modelos de partido más democráticos y en una mejor capacidad de representación de los intereses de los electores es harina de otro costal. Sigue leyendo