Monarquía accidental

Arthur Mulligan

Como las desgracias nunca vienen solas y somos como somos nada mejor que aplicarnos el refrán y acudir urgentemente a la apertura de la sala de partos para abuelas y traer a nuestro particular mundo político un nuevo ser para completar la triple crisis sanitaria, económica y social que nos asola y que con todo el cariño del mundo acostumbramos a llamar epifostio, una criatura recurrente en las crisis españolas y que añade un toque de amargura institucional para completar el paquete.

Como en este gobierno y en sus medios afines no tenemos la suerte de poder contrastar las simplezas de algunos elementos de su membresía a propósito de nuestra forma de Estado, me ha parecido útil presentar a ustedes una selección de las reflexiones de contemporáneos eminentes que enriquecen a mi juicio el hilo iniciado en DC, siempre atento a lo que se comenta a pie de calle para mayor gloria de las libertades en nuestro país. Sigue leyendo