Frans van den Broek
Europa del Este, desde el siglo diecinueve hasta los años de entreguerras, fue un foco de producción cultural tan o más importante que los más conocidos centros del oeste, como París o Londres. Los nazis y luego el imperio soviético llevaron la energía cultural del este casi hasta la extinción. No pocos de los artistas, científicos, escritores, filósofos o escritores activos en aquella época y región eran de origen judío o de tendencias liberales, por lo que su suerte estuvo echada incluso antes de que la historia los condenara al exilio o a la muerte. El escritor que inspira la película que queremos comentar fue una de sus víctimas, Stefan Zweig, suicidándose en Brasil en desesperación por la situación europea durante la segunda guerra mundial y, de seguro, por la segura desaparición del mundo en el que había vivido, el de la Europa finisecular.