Lluís Camprubí
La apertura de un nuevo tiempo político en la cuestión catalana y la concesión de los indultos a los dirigentes encarcelados son dos elementos necesarios que se refuerzan y retroalimentan. Un escenario y contexto político diferente era necesario para hacer posible los indultos y los indultos son necesarios para asegurar ese cambio de ambiente político. Esa es la relación dinámica y dialéctica que hay que cuidar y cimentar.
En 2018 y 2019 algunos ya apuntábamos que serían necesarios los indultos (tanto previamente a la sentencia como después). Pero en ese momento era evidente que no se daban las circunstancias políticas que los podían hacer viables y transitables. En buena medida porque socialmente había en Cataluña una parte de la población que tenía demasiado reciente la vivencia del Procés como una intentona anti-pluralista de pisotear sus derechos políticos, su identidad y sentimientos de pertenencia, porque en el conjunto de la sociedad española dominaba una oposición visceral y un rechazo contundente hacia el aventurerismo que había jugado demasiado con demasiadas cosas y porque entre la dirigencia independentista aún no era visible su autocrítica.
Así que para hacerlo asumible para la práctica totalidad de la sociedad catalana y para el grueso del conjunto de la española, ya apuntamos que serían necesarios tiempo y -entre otras cosas- gestos por parte de los encarcelados de asunción de responsabilidades. Esos gestos debían cubrir tres aspectos: la asunción del error político de lo que hicieron, el declarar que no transitarían otra vez caminos ilegales y el pedir disculpas políticas a los que nos intentaron imponer su proyecto y estrategia. Lo cierto es que estos días hemos ido escuchando declaraciones responsables de distintos dirigentes encarcelados en las tres vertientes. En particular señalando que la unilateralidad no era deseable y que se apuesta por el diálogo y la negociación.
Incluso ha habido declaraciones respecto al tercer aspecto, que siempre es el más delicado por sus implicaciones en el sensible ámbito de lo moral, la culpa, las creencias políticas y el perdón. Aunque a algunas personas les pueda saber a poco que estos dirigentes verbalicen que les faltó empatía con quienes no compartían su proyecto o su camino y que se debe contar con ellas [nosotros] para cualquier propuesta política, es algo relevante que debe entenderse como lo que políticamente es posible que digan en este momento. Para reforzar la reconstrucción de puentes dentro de la sociedad catalana seguramente en el futuro ayudarán declaraciones aún más firmes de asunción y defensa del pluralismo por parte de los dirigentes independentistas, pero en este momento parece suficiente para dar la oportunidad de los indultos.
Así pues, bienvenidos los indultos, su oportunidad y su contribución a sacar del camino empantanado y decadente la política catalana. En este sentido más que extenderme en razones les invito a leer dos posicionamientos colectivos sobre la cuestión que aportan la profundidad necesaria: La declaración de CCOO y UGT “Un indulto necesario para un nuevo tiempo político” y el del Grup Pròleg “Un indulto legal, útil y necesario”.