Un judío musulmán entre Oriente y Occidente

Frans van den Broek

 

 

Quiso la casualidad -pero alguna vez me dijo un poeta cum profesor de yoga peruano que el azar era una suposición elegante, pero insustancial, y Nietzsche reflexionó a su vez que los libros que necesitábamos se atravesaban misteriosamente en nuestra vida- que cayera en mis manos un libro de cuya existencia no había tenido ni idea hasta el momento fortuito de encontrármelo en un mercadillo de libros usados de Amsterdam. No hubo más razón para escogerlo que el título (que coincidía en principio con uno de mis intereses más fieles), un breve repaso de la contratapa, y mi compulsión a comprar cuanto material escrito presente perspectivas de entretenimiento y tal vez algo de saber. El libro, según pude descubrir después, había sido recibido con aclamación por la crítica en varias lenguas, pero había eludido mi atención por completo. Quizá mejor así, porque pude leerlo justo en momentos en que el Cáucaso volvía a ser motivo de preocupación internacional a raíz del conflicto militar entre Georgia y Rusia, y su lectura me sirvió de contrapunto adecuado para comprender mejor las raíces de un problema que desafía no sólo la capacidad de análisis de los así llamados expertos, sino, sobre todo, de los mismos implicados. Se trata de ‘El Orientalista’ de Tom Reiss, editado en España, según me informa la página web del autor, en Anagrama. A su vez, la lectura de este libro me impulsó a comprar cuanto antes la novela ‘Ali y Nino’ del escritor musulmán Kurban Said, por razones que el lector comprenderá de inmediato. A estas dos obras quisiera dedicar un breve comentario.

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