Entre dos males

Lobisón

En términos racionales, la regla de oro de poner límites al déficit no tiene ningún sentido, es pura economía vudú, como decía el excelente presidente Bush padre. Hay situaciones en las que es necesario un mayor déficit, como muy bien sabían Keynes y los predecesores de la canciller Merkel cuando debieron afrontar la incorporación y reconstrucción de la antigua RDA.

La actual vigencia de esta estúpida regla de oro es consecuencia de la crisis de la deuda soberana en euros y de algo que también recordaba Keynes: cada generación vive bajo la herencia del pensamiento económico heredado. Él hablaba de las ideas de los economistas muertos, pero para mayor tragedia ahora se trata en bastantes casos de economistas vivos y con mucho peso en el Bundesbank o en el Banco Central Europeo.

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