Sarkozy y los secuestrados colombianos

Erika Fontalvo

“Garantías de autonomía y márgenes de maniobra suficientes” pidieron, con insistencia, los gobiernos de Francia, Suiza y España al retomar su misión como facilitadores del acuerdo humanitario en Colombia, tras la petición formal del presidente Álvaro Uribe. No es casualidad que los tres países condicionen el éxito de su mandato a nuevas reglas de juego basadas en términos claros y redefinidos que les permitan actuar, con cierta libertad, dentro de los límites marcados por el gobierno colombiano. El portazo que dio Uribe a su gestión, en junio de 2007, los dejó “tocados”, especialmente a Suiza, un país que cuida al máximo su reconocida neutralidad. Entonces, molesto por lo que consideró “un irrespeto a la democracia colombiana”, el presidente decidió suspender de manera unilateral la facilitación que estos tres países venían desempeñando desde que, en noviembre de 2005, Uribe autorizara al Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, a conformar una Comisión Internacional para impulsar el acuerdo humanitario.

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