Aitor Riveiro
Rosa DÃez ha decidido abandonar el Partido Socialista Obrero Español para embarcarse en una nueva aventura polÃtica de la mano de ¡Basta Ya! y de Fernando Savater. Pese a lo que en su dÃa me advirtió un profesor (y a pesar de ello amigo), haré el titular fácil: era la crónica de un abandono anunciado.
No ha debido ser nada fácil para una mujer que lleva tres décadas dedicada a la polÃtica activa en un partido abandonar su militancia. Más aún cuando ha ocupado importantes cargos polÃticos de la mano de ese partido: consejerÃa y vicepresidencia de un gobierno vasco en coalición con el PNV; postulación para la secretarÃa general del PSOE; escaño en el Parlamento Europeo. Es de alabar que Rosa DÃez haya renunciado a la poltrona de Estrasburgo (cuántos prefieren el coche oficial a los ideales).
Aquél “Yo no estuve en Suresnesâ€? con el que invitó a los militantes de su partido a elegirla para dirigir el PSOE no es mi primer recuerdo de ella, pero sà quizá el primero realmente vivido. En aquél momento, me pareció digno de elogio: yo tampoco estuve (ni falta) en Suresnes y, en realidad, todo lo que olÃa a Suresnes me chirriaba. Nacà en democracia y los que lideraron aquélla renovación del partido fueron los que lideraron algunas de las páginas más negras de la España que sà conocÃ.