Frans van den Broek
En un bello poema Thom Gunn compara a la ciudad con una mujer, ‘indiferente a la indiferencia que la concibió’, desordenada, llena de acrecencias, ‘casual, pero urgente, en su manera de hacer el amor’, afirmando siempre su independencia, y uno saluda en ella lo que permanece en uno, incitando una pasión sin razón por lo extraño e incompleto, y sus duros ornamentos nos presionan, una arcada, una película de noche, una tienda de sobras, ‘extrema, material, hechura del hombre’. El poema, ‘In praise of cities’, se ha analizado tanto que ya parece la ciudad misma, llena de adherencias hermenéuticas que no siempre la embellecen, pero misterioso no obstante, lleno de sugerencias, de las cuales recojo el tema de la indiferencia, del acogimiento distante, de lo extremo y material, del amor urgente y casual.
Leerlo me trajo a la memoria el no menos famoso texto de Simmel sobre la ciudad, ‘The metropolis and mental life’, donde delinea los fundamentos de lo que podría llamarse una fenomenología de la experiencia urbana, caracterizada por la resistencia del individuo a dejarse absorber y avasallar por los procesos tecnológicos y sociales que signan la ciudad moderna, y que le obligan a una suerte de retraimiento en la abstracción. La variedad e intensidad de los estímulos citadinos fuerzan al individuo a una filtración cognitiva y emocional que resulta en indiferencia y anonimidad, incluso en aquel estado de estupor conocido entonces como Blaisé. Las transacciones comerciales del capitalismo moderno se adaptan bien a este modo de conciencia, dada su impersonalidad y distancia afectiva. El habitante del agro realiza sus transacciones cara a cara, presencialmente, mientras que el flujo de capitales y de objetos tiene según Simmel un carácter más abstracto en la nueva ciudad capitalista. Como la mujer de Gunn, la ciudad moderna es indiferente y urgente, capaz de acogerlo todo y transformarlo de modo casi casual, de seducirnos con su ubérrima belleza, de extrema sensorialidad, a la medida y desmedida del ser humano.