Después de la tempestad

Millán Gómez

 

El Partido Popular de Galicia (PPdeG) ha recuperado el poder tras obtener una victoria irreprochable en las elecciones con mayor participación de la historia de la autonomía. Además, lo ha hecho si cabe con más mérito tras tirar por tierra algunos tópicos que asolaban la realidad sociológica gallega como son la orientación progresista de los ambientes urbanos y que una mayor participación beneficia, por costumbre, a la izquierda. Tan solo cuatro años después de perder el poder, el PPdeG demuestra su fuerte implantación social al derrotar contra pronóstico a las fuerzas del bipartito cuando la izquierda gallega y gran parte de la sociedad consideraban que tras derribar el muro de granito del fraguismo comenzaba una larga época de gobierno progresista.

 

El PPdeG ha asentado su victoria en las ciudades y sus áreas metropolitanas. El bipartito lleva gobernando muchos años las urbes gallegas. De hecho, ahora mismo están al frente de los siete principales núcleos de población. El lógico desgaste de los años de poder ha facilitado la alternativa conservadora, así como los efectos devastadores de la crisis que afectan más especialmente en estas zonas. Asimismo, la participación, al contrario de lo que piensan muchos analistas, no ha hecho sino limitar la derrota de la izquierda.

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